La fruticultura es sin duda una de las apuestas más promisorias del país para contribuir al mejoramiento de la vida rural y la reconversión del agro.
Hay buenas razones para el impulso de la fruticultura nacional. Centro América tiene muy buenas condiciones agro-climáticas para el desarrollo de la fruticultura tropical, y posee además una estratégica ubicación geográfica para el comercio. La fruticultura permanente genera un impacto destacado en términos ecológicos al mejorar la cobertura vegetal, Su dimensión social y nutricional hace de la actividad un sector de gran interés.
Los negocios de frutas son altamente rentables para los micro, pequeños, medianos y grandes productores, procesadores y comercializadores que interactúan en las cadenas dinámicas. Es además una de las mejores opciones para fomentar negocios inclusivos que beneficien a pequeños productores al acercarles de manera organizada a los mercados formales de alta demanda de frutas. Al mismo, tiempo esta actividad permite la generación de empleo e ingresos a lo largo de las cadenas de valor de las frutas para los miles de empleados en dichas cadenas, cuyos salarios alcanzan mejor remuneración comparado con trabajos en los granos básicos o la ganadería no tecnificada.
Las razones del IICA para apoyar la fruticultura son muchas:
LAS VENTAJAS DE LA FRUTICULTURA
A continuación, se presenta un breve resumen de los aportes comerciales, ambientales y sociales de la fruticultura para el desarrollo nacional.
Los negocios de frutas tropicales son rentables: se estima que en promedio cada kilómetro cuadrado de árboles frutícolas bien manejados producirá ingresos brutos anuales de alrededor de medio millón de dólares después del séptimo año sin incluir valor agregado. Por ejemplo, con tecnología adecuada (riego, fertilización, control de plagas y otras tecnologías) el limón pérsico, aguacate, melocotón, ciruela y mango son cultivos de alta rentabilidad, con una tasa interna de retorno del 30 al 40%.
Todos los indicadores señalan que la producción e industria de frutas tiene grandes oportunidades en los mercados nacionales, regionales e internacionales.
La tendencia mundial refleja un incremento en el consumo de productos frescos, especialmente frutas y hortalizas, entre consumidores con mayor poder de compra, quienes demandan calidad, variedad y disponibilidad. Anualmente, las importaciones mundiales de frutas representan alrededor de los US$ 60.3 miles de millones. Desde el año 2000, el promedio anual de crecimiento es de 10.7% y la tendencia de consumo continúa al alza.
Estudios realizados por el Programa MAG-FRUTALES indican una acentuada "tropicalización" en el consumo de frutas y hortalizas en el mercado estadounidense, lo que representa oportunidades comerciales. Lo mismo ocurre con los mercados canadiense, europeo y japonés.
También los acuerdos comerciales abren nuevas oportunidades para los países. En el marco del DR-CAFTA, Estados Unidos ha dado acceso inmediato o continuación del actual acceso libre a las frutas y sus derivados procedentes de la región centroamericana, apuntalando los beneficios de acceso de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC).
En relación a las oportunidades para la agroindustria de frutas, se reduce el escalonamiento arancelario. Con la suscripción del DR-CAFTA existe una motivación adicional para darle valor agregado a pulpas de frutas, jaleas, jugos, concentrados, etc. en Centroamérica, lo cual redundará en mayor empleo y distribución del ingreso.
Las exportaciones de frutas hacia Estados Unidos se han incrementado a partir de la firma del DR-CAFTA. Para el 2007, se reportaron exportaciones por un valor de $2,440,307, con un volumen de 2,397,321 Kg, de los cuales 984,397 Kg. corresponden a limón pérsico fresco. La demanda de frutas tropicales y exóticas crece y se vislumbran mayores oportunidades para este mercado. El Salvador actualmente ocupa la posición 14° de un total de 75 países exportadores de frutas congeladas hacia Estados Unidos, y este crecimiento en el 2007 fue de 19%. Nance, el jocote, el mango y el zapote entero son productos de amplio crecimiento.
También, la producción de frutas genera muchas oportunidades para sustituir importaciones provenientes de Guatemala, Honduras, Chile y México.
Ambientales
Los bosques resultan cada vez más importantes ante el escenario del cambio climático.
- Plantar árboles provee cobertura vegetal contribuyendo a mitigar la erosión, en suelos de laderas. Plantaciones bien manejadas de frutales contribuyen a preservar y restablecer los escasos recursos naturales, como agua y suelo.
- Los bosques aportan a la generación de agua, energía hidroeléctrica y oxígeno. Los árboles frutales tienen la capacidad de actuar como tanques de absorción de dióxido de carbono.
- Los sistemas de producción con árboles, como los frutales, suelen ser más resistentes y se recuperan con más rapidez y facilidad a desastres naturales. Plantar árboles es crucial para el país ya que la vulnerabilidad hacia este tipo de fenómenos se ha incrementado.
Aparte de los beneficios ambientales, se puede contribuir a una adecuada gestión ambiental y revalorización del agro al dar origen a la implementación de esquemas de pago por servicios ambientales, que remunere y permita ingresos sostenidos a las comunidades.
La gestión ambiental también hace que el clima de negocios sea más atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros, orientando los sectores de la agricultura y el turismo hacia mercados más valiosos y ofreciendo nuevas oportunidades comerciales en los mercados futuros de cambio climático. De hecho, el Sistema de Integración Centroamericana en coordinación con el Comité Regional de Recursos Hidráulicos ha recomendado la reforestación de riberas y laderas con especies nativas incluyendo frutales, y el establecimiento de plantaciones de ese tipo entre las estrategias prioritarias de adaptación al cambio climático en Centroamérica.
Además, cada vez más los habitantes urbanos están valorando el espacio rural nacional como una alternativa de esparcimiento. Invertir en fruticultura también puede ayudar a desencadenar efectivos procesos de desarrollo rural territorial.
Sociales
La fruticultura ofrece considerables beneficios sociales ya que las plantaciones pueden generar oportunidades de trabajo mejor remuneradas comparadas con otras actividades agrícolas convencionales.
Por tratarse de rubros que permiten encadenamientos, desde la fabricación de insumos muy específicos para la producción, hasta la comercialización o exportación, las oportunidades de generar empleo en este subsector son comparativamente mayores que en otros. Estos encadenamientos repercuten positivamente en las economías domésticas, incluso rurales.
El establecimiento de plantaciones de árboles frutales en terrenos abandonados contribuiría a generar oportunidades de ampliar los ingresos en las comunidades rurales.
La agroindustria rural es otro sector que está creciendo en el país dando alternativas para el aprovechamiento de las frutas por grupos de pequeños empresarios, especialmente mujeres organizadas, quienes obtienen ingresos de las actividades de procesamiento de las frutas. Estas actividades tienen un impacto directo en la vida de muchas mujeres de las comunidades rurales, quienes en un alto porcentaje son jefas de hogar.
Las actividades de la fruticultura además son muy congruentes con la responsabilidad social empresarial. Los consumidores internacionales demandan el cumplimiento de condiciones sociales y están dispuestos a pagar un sobreprecio por los productos que demuestren cumplir con esos estándares.