El compost es el producto de la descomposición natural de la materia orgánica hecha por los organismos descomponedores (bacterias, hongos) y por pequeños animales detritívoros, como lombrices y escarabajos. Desde que la agricultura se inventó, hace cerca de 5000 años, los campesinos aseguraron la fertilidad de sus campos mediante materiales orgánicos obtenidos con el compostaje de los residuos animales y vegetales de sus granjas.
Después de la II Guerra Mundial, esta práctica fue abandonada en los países desarrollados siendo sustituida por el uso de fertilizantes químicos, producidos a bajísimo coste usando la energía derivada del petróleo. Los resultados fueron satisfactorios hasta hace 10 ó 15 años cuando se observó un gradual pero constante descenso en la fertilidad de los campos, porque la crónica carencia de materia orgánica de los suelos ha alterado el ciclo natural haciendo desaparecer los organismos llamados descomponedores, es decir aquellos que en la naturaleza demuelen y degradan la materia orgánica para convertirla en humus.
La presencia de humus garantiza a las plantas una reserva de sustancias nutritivas; favorece la absorción y la retención del agua; facilita la circulación del aire; limita los cambios bruscos de temperatura y humedad que tanto dañan a las plantas; bloquea y desactiva un gran número de compuestos tóxicos y provee alimentos a una miríada de animales minúsculos que son la base de toda la cadena alimenticia.
Si las plantas crecen y los animales viven es debido al trabajo secreto de los organismos descomponedores, de forma que sin ellos no habría vida sobre la tierra.
¿POR QUÉ HACER COMPOSTAJE DOMÉSTICO?
Las razones para hacer compost en nuestro propio jardín son:
- El uso de una buena cantidad de compost en el jardín o huerto mejora considerablemente las características del suelo, evitando la necesidad de usar fertilizantes químicos, pesticidas y además ahorra bastante agua de riego. Esto hace que los productos cultivados sean más sanos y que nuestra forma de cultivarlos sea más respetuosa con el medio ambiente.
- Los residuos orgánicos (sustancialmente los restos de la cocina y del jardín) constituyen entre el 40-50% de los residuos urbanos. Su recogida y acumulación en vertederos es tremendamente costosa y a menudo produce fenómenos de contaminación, como las emisiones de metano que contribuyen al efecto invernadero causante del cambio climático, y de lixiviados que contaminan seriamente los suelos y aguas subterráneas. En el peor de los casos pueden ser incinerados, con lo que se emiten a la atmósfera gases altamente contaminantes. Reducir sensiblemente la cantidad de residuos orgánicos sirve entonces para moderar los costes del tratamiento de las basuras a cargo de los municipios.
- El compostaje es un proceso fácil de hacer y con un coste económico mínimo comparado con otros sistemas de tratamiento de los residuos. Además de ahorrar costes de recogida y tratamiento, nos estamos ahorrando la compra de productos fertilizantes. El compost es un producto fácil de obtener, barato y muy abundante.
¿QUIÉN HACE EL COMPOST?
El proceso de compostaje es llevado a cabo por múltiples organismos descomponedores que comen, trituran, degradan y digieren las células y las moléculas que componen la materia orgánica. Los principales ‘operarios’ de estas labores son las bacterias y hongos microscópicos. También actúan un gran número de pequeños animales, algunos no agradables a la vista, pero importantes para llevar a buen fin el compostaje. Los más comunes son las lombrices, los insectos y otros invertebrados, muchos de ellos no perceptibles a simple vista. Nuestro papel se centra en mantener las condiciones ambientales naturalmente favorables a la vida de todos estos organismos. De ningún modo se debe rociar el compost con insecticidas, desodorantes, desinfectantes, ácidos o disolventes.
A. Lugar y utensilios
Existen numerosas formas de prepararlo aunque aquí nos ocuparemos del compostaje doméstico, hecho en contenedores llamados ‘compostadores’. Aunque el compost puede hacerse en una simple pila de restos orgánicos, como el espacio suele ser limitado resulta más práctico emplear un compostador de plástico, rejilla metálica o de madera.
En todo caso el compostador debe estar situado en un rincón protegido para evitar bruscas variaciones tanto de temperatura como de humedad. La posición ideal es debajo de un árbol o de una pérgola que pierda sus hojas, de forma que esté a la sombra en verano y al sol en invierno. Colocarlo sobre la tierra, y nunca sobre cemento, asfalto o pavimento, para permitir a los descomponedores presentes en el suelo la colonización del recipiente.
Será preciso asimismo regular la entrada de aire y humedad cerrando el contenedor tanto durante el periodo lluvioso como en el periodo seco. Los materiales leñosos deberán ser troceados en piezas no mayores de 5 cm. Para ello resulta muy útil la trituradora de materia vegetal y la ayuda de unas tijeras podadoras y un hacha . También es conveniente disponer de una horca para mover y airear los materiales e incluso de una pala para recoger el compost ya hecho.
Es necesario disponer de un tamiz para separar la parte perfectamente compostada, de los fragmentos leñosos todavía presentes.
B. Materiales a mezclar
Se pueden agrupar en dos categorías:
- Materiales húmedos, ricos en agua y sustancias nutritivas como el nitrógeno (restos de frutas y verduras, césped y poda fresca, cáscaras de huevo, etc.).
- Materiales secos, compuestos básicamente de carbono (pequeñas ramas, hojas secas, viruta, paja, cartón, periódico, etc.). Cuando esté colocado es útil añadir estiércol de animales de granjas o corral (pollos, conejos, ovejas, cabras, caballos, vacas), o compost maduro o tierra de huerto, para así acelerar el proceso de descomposición. En caso de aportes grandes de estiércol, el producto obtenido será más rico en nitrógeno, lo que hay que tener presente a la hora de aplicarlo. Evitar los excrementos de perros y gatos y demás animales carnívoros.
Es conveniente no incorporar materiales cocinados, especialmente carnes y pescados, que pueden provocar malos olores y atraer moscas y roedores. Si se incorpora papel no debe ser satinado; se pueden utilizar periódicos y papel y cartón de embalaje, pero no revistas ilustradas que tienen elementos tóxicos en sus tintas. Sin embargo, el papel y el cartón deberán ser desmenuzados en pequeños trozos.
MATERIALES PARA COMPOSTAR
Rápida descomposición:
Hojas frescas
Restos de la siega de césped*
Estiércol de animales de corral
Estiércol de ovejas y cabras
Malezas jóvenes
Descomposición más lenta:
Pedazos de frutas y verduras
Bolsas de té y posos de café
Paja y heno viejo
Restos de plantas
Estiércoles pajizos (caballos, burros y vacas)
Flores viejas y plantas de macetas
Desbroces de setos jóvenes
Malezas perennes
Lechos de hámster, conejos y otros animales domésticos (herbívoros)
Descomposición muy lenta:
Hojas de otoño
Desbroces de setos duros
Ramas podadas
Serrín y virutas de madera no tratada
Cáscaras de huevo
Cáscaras de frutos secos
Lanas e hilos naturales
Pelos y plumas
Huesos de frutos (melocotón, aguacate, aceitunas…)
Otros materiales:
Ceniza de madera (espolvorear en cantidades pequeñas)
Cartón, cartones de huevos
Servilletas, bolsas y envases de papel
Periódicos (en pequeñas cantidades)
Mejor evitar:
Carne y pescado
Productos derivados de la leche
Productos que contengan levaduras o grasas
NO utilizar:
Ceniza de carbón y de coque
Heces de perros y gatos
Pañales desechables
Revistas ilustradas
Restos de aspiradora
Filtros de cigarrillos
Tejidos sintéticos