Los cultivos intensivos se realizan con importantes
aportes en mano de obra, estructuras e inversiones
en general. Bajo estas condiciones, no deberíamos dejar librado
al azar, ningún factor que pueda poner en riesgo el
éxito de estos emprendimientos.
En este sentido, no es posible pensar en efectuar esta
actividad sin contar con un sistema de riego que suministre las cantidades de agua necesarias para un
correcto crecimiento y desarrollo de las plantas.
La actividad hortícola es realizada por un elevado
número de pequeños productores, distribuidos
por todo el territorio provincial, constituyendo
una actividad familiar cuya producción se destina
al abastecimiento del mercado local, a lo largo de
todo el año.
En general, las superficies de las huertas son pequeñas y se proveen de agua de fuentes superficiales.
El clima en Misiones es del tipo subtropical húmedo
sin estación seca; las lluvias se distribuyen uniformemente a lo largo de todo el año; sin embargo durante la estación cálida, el balance hídrico del suelo es
deficitario.
Por lo tanto, no podemos pensar en producir hortalizas en forma continua, sin contar con un adecuado
equipo de riego.
Pero el dimensionamiento de un sistema de riego,
aún de pequeña capacidad, exige comprender los
requerimientos hídricos de los cultivos, la forma de
suministrar el agua y conocer los diferentes componentes que constituyen estos equipos.
Esta Guía tiene por objeto posibilitar a técnicos vinculados al sector, el cálculo, diseño e instalación de pequeños sistemas de riego.