LA AVICULTURA
1. DEFINICIÓN
La palabra “avicultura”, designa genéricamente a toda actividad relacionada con la cría y el
cuidado de las aves, como así también el desarrollo de su explotación comercial bajo esta
denominación se incluye el cuidado y explotación comercial de distintas especies avícolas,
como son las gallinas, pavos, patos, gansos, codornices, faisanes, aves canoras y hasta
especies consideradas silvestres.
No obstante existe un grado diferencial de importancia de cada especie en relación a su
importancia comercial y nivel de desarrollo. Por lo tanto por ser la producción de pollos y
gallinas, de mayor difusión, generalmente, en nuestro país, la palabra avicultura está
relacionada con la “actividad avícola” de producir pollos y gallinas (Aves del Género Gallus).
2. GALLINA PONEDORA
Las gallinas ponedoras tienen la capacidad genética para
producir un gran número de huevos, con un tamaño promedio
y pueden lograr buen peso del huevo tempranamente en el
período de postura.
Para aprovechar este potencial, la ponedora ideal, al comienzo
de la postura debe ser uniforme, con los pesos corporales
conforme con los recomendados; las pollonas deben tener un
esqueleto fuerte con buen desarrollo óseo y muscular, pero no deben tener exceso de
grasa.
La madurez sexual a la edad correcta, con el tamaño y condición corporal deseados, da
como resultado un alto pico de producción y buena persistencia, además de disminuirlos
problemas en la galera de postura.
Lograr esto requiere de un programa práctico de alimentación e iluminación, cuando esto se
combina con los promedios de crecimientos controlados y una cuidadosa supervisión del
lote para corregir los problemas de enfermedad o manejo, se obtienen los resultados
deseados. Las pollonas deben ser delgadas y musculosas a las 18 semanas de edad. Al
palparlas deben ser firmes, delgadas y sobre todo fuertes; la pollina gorda, suave y
contenta parece hermosa, pero no está lista para la producción.
Como cualquier productor, el objetivo de todo avicultor es el de obtener buenos ingresos de
su explotación. Para ello su negocio debe ser rentable y sufragar, parcial o totalmente los
gastos de su familia, amortizar inversiones y obtener una ganancia. La rentabilidad está
determinada por factores externos, los cuales no pueden ser controlados directamente por
el avicultor; tales como: alzas en precios de alimentos concentrados y otros insumos, o baja
en precios de venta de productos.